¿Qué es la masonería adogmática?

¿De qué hablamos cuando nos referimos a la Masonería Adogmática?

Adogmático es la cualidad de aquello que carece de dogmas, es decir, de pautas incuestionables y de obligado seguimiento. 

En septiembre de 1929, la Gran Logia Unida de Inglaterra aprueba una serie de ocho puntos para el reconocimiento de la legitimidad de Grandes Logias extranjeras. Entre ellos está que “la creencia en el Gran Arquitecto del Universo y su voluntad revelada será un requisito esencial para la cualificación como miembro” y que “todos los iniciados deben tomar su juramento sobre el Volumen de la Ley Sagrada, que representa la revelación de la voluntad divina, que resulta vinculante para la conciencia del individuo particular que se inicia”.

En 1877 tuvo lugar una Asamblea del Gran Oriente de Francia que marcaría la historia de la Masonería para siempre. Por primera vez, se omite de los Reglamentos Generales, la referencia a Dios y a la inmortalidad del alma y se omite también la obligación de tomar juramento sobre la Biblia, considerada la expresión de la voluntad divina. 

Merece la pena destacar que en la famosa “querella del GADU”, el Gran Oriente de Francia no proscribió a sus miembros la creencia en un ser superior o siquiera la presencia de la Biblia como Volumen de la Ley Sagrada necesario para tomar el juramento. Simplemente dejó la puerta abierta a su uso, en consonancia con la plena libertad de conciencia que profesaba y profesa. Ahí nace la Masonería llamada adogmática, a la que la Gran Logia Simbólica Española y nuestra logia en particular, se adhiere. 

Dejando abierta la interpretación simbólica de dos símbolos fundamentales como son el Gran Arquitecto del Universo y el Volumen de la Ley Sagrada, la Masonería da un paso adelante en la consecución de sus fines, que no son otros que conquistar una Fraternidad universal entre todos los seres humanos libres y de buenas costumbres. 

La masonería es una institución de marcado carácter tradicional, sí, pero ha de procurar no caer en el vicio del tradicionalismo, y seguir renovándose siendo fiel a su origen y a sus fines, es por ello que ambos símbolos siguen siendo piedras clave en la construcción de nuestro edificio, si bien las hemos liberado de las cadenas de los dogmas para que puedan ser útiles a más personas.

Y así es que este espíritu adogmático queda fielmente reflejado en la Proclamación Liminar de nuestra Orden, que dice lo siguiente: 

LA GRAN LOGIA SIMBÓLICA ESPAÑOLA PROCLAMA SOLEMNEMENTE:

Que se propone trabajar, según los usos Tradicionales, a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo y en presencia de las Tres Grandes Luces. Que su profundo respeto por estos símbolos expresa su voluntad de man-tener vivo el tesoro de la Tradición, tal como nos ha sido legado por los que comenzaron y crearon la Francmasonería, de los cuales somos, y así lo asumi-mos, innegablemente, herederos y depositarios. 

DECLARA

Que se niega a dar una interpretación o una determinación del sentido o del alcance de los Símbolos, particularmente del Volumen de la Ley Sagrada y del Gran Arquitecto del Universo. 

RECONOCE

A cada Francmasón la mayor y la más absoluta libertad de pensamiento, de conciencia y de determinación de los Símbolos en virtud de la práctica de la tolerancia masónica, que permite a cada Francmasón, en su propia bús-queda de la Verdad, atestiguar ante sus Hermanos lo que, personalmente, ha podido deducir del estudio de los Símbolos. Pero sin pretender jamás imponer su interpretación personal.

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